La economía política de los medios de comunicación
Jean-Jacques Rousseau, Discours sur l’oeconomie politique, 1758Para el estudio de la ciencia política a través del análisis económico, véase Public Choice Theory.Para los efectos de la política en la economía, véase Economic policy.
La economía política[1][2] es el estudio de la producción y el comercio y sus relaciones con el derecho, la costumbre y el gobierno; y con la distribución de la renta y la riqueza nacionales. Como disciplina, la economía política se originó en la filosofía moral, en el siglo XVIII, para explorar la administración de la riqueza de los estados, siendo “política” la palabra griega polity y “economía” la palabra griega οἰκονομία (administración del hogar). Los primeros trabajos de economía política suelen atribuirse a los británicos Adam Smith, Thomas Malthus y David Ricardo, aunque fueron precedidos por los trabajos de los fisiócratas franceses, como François Quesnay (1694-1774) y Anne-Robert-Jacques Turgot (1727-1781)[3] También existe una tradición casi tan larga de crítica de la economía política.
Definición de economía política
Los creadores de la economía política clásica -Adam Smith, David Ricardo, James Steuart y otros- crearon un discurso que explicaba la lógica, el origen y, en muchos aspectos, la corrección esencial del capitalismo. Pero, en los grandes textos de ese discurso, estos escritores restaron importancia a un requisito crucial para la creación del capitalismo: Para que tuviera éxito, los campesinos tendrían que abandonar su estilo de vida autosuficiente e ir a trabajar por un salario en una fábrica. ¿Por qué iban a hacerlo voluntariamente?
Está claro que no lo hicieron por voluntad propia. Como muestra Michael Perelman, se les obligó a entrar en las fábricas con el apoyo activo de los mismos economistas que reivindicaban el capitalismo como un mecanismo autocorrectivo que prosperaba sin necesidad de la intervención del gobierno. Contradiciendo directamente los principios del laissez-faire que decían defender, estos hombres abogaban por políticas gubernamentales que privaban al campesinado de los medios para autoabastecerse con el fin de coaccionar a estos pequeños agricultores para que trabajaran asalariadamente. Para mostrar cómo Adam Smith y los demás economistas clásicos parecen haber ocultado deliberadamente la naturaleza del control del trabajo y cómo las políticas que atacaban la independencia económica del campesinado rural estaban concebidas esencialmente para fomentar la acumulación primitiva, Perelman examina diarios, cartas y los escritos más prácticos de los economistas clásicos. Sostiene que estos escritos privados y prácticos revelan las verdaderas intenciones y objetivos de la economía política clásica: separar al campesinado rural de su acceso a la tierra.
Economía política del desarrollo
Jean-Jacques Rousseau, Discours sur l’oeconomie politique, 1758Para el estudio de la ciencia política a través del análisis económico, véase Public Choice Theory.Para los efectos de la política en la economía, véase Economic policy.
La economía política[1][2] es el estudio de la producción y el comercio y sus relaciones con el derecho, la costumbre y el gobierno; y con la distribución de la renta y la riqueza nacionales. Como disciplina, la economía política se originó en la filosofía moral, en el siglo XVIII, para explorar la administración de la riqueza de los estados, siendo “política” la palabra griega polity y “economía” la palabra griega οἰκονομία (administración del hogar). Los primeros trabajos de economía política suelen atribuirse a los británicos Adam Smith, Thomas Malthus y David Ricardo, aunque fueron precedidos por los trabajos de los fisiócratas franceses, como François Quesnay (1694-1774) y Anne-Robert-Jacques Turgot (1727-1781)[3] También existe una tradición casi tan larga de crítica de la economía política.
Historia de la economía política
Nuestros modernos enfoques basados en la observación para el estudio de la condición humana fueron moldeados por la Ilustración escocesa. La Economía Política surgió como disciplina propia en el siglo XIX, y luego se fragmentó aún más en los albores del siglo XX. Hoy en día, vemos cómo las piezas de la Economía Política se vuelven a ensamblar y se reúnen con sus raíces filosóficas. Este número se detiene a reflexionar sobre la historia de este nuevo pero también viejo campo de estudio.
Los colaboradores de este volumen coinciden en que sería infructuoso intentar fechar el origen de la economía política en algún acontecimiento singular. No vemos ningún Big Bang académico que explique la aparición de la economía política como marco de estudio de la condición humana, aunque sólo sea porque los acontecimientos más importantes de la historia siempre tienen su propia historia.
Las historias son relatos. Contar una historia implica elegir qué destacar y por dónde empezar. Los autores de este volumen son conscientes de las decisiones que podrían haber tomado de otra manera. En parte, el hecho de haber reunido este número ha sido un motivo de alegría, ya que los autores han apreciado mutuamente las formas contrastadas y a la vez compatibles en las que sus elecciones iluminan nuestra historia.