Las religiones en el imperio romano
Egeo, a la derecha, consulta a la Pitia u oráculo de Delfos. Vaso, 440-430 a.C. Se le dijo: “No aflojes la boca abultada del odre hasta que hayas llegado a la altura de Atenas, no sea que mueras de pena”, lo que al principio no entendió.
La religión griega antigua abarca el conjunto de creencias, rituales y mitología originados en la antigua Grecia, tanto en forma de religión pública popular como de prácticas de culto. Se ha cuestionado la aplicación del concepto moderno de “religión” a las culturas antiguas por considerarlo anacrónico[1] Los antiguos griegos no tenían una palabra para designar la “religión” en el sentido moderno. Asimismo, ningún escritor griego que conozcamos clasifica a los dioses o las prácticas de culto en “religiones” separadas[2], sino que, por ejemplo, Heródoto habla de que los helenos tenían “santuarios comunes de los dioses y sacrificios, y los mismos tipos de costumbres”[3].
Las prácticas religiosas de los griegos se extendieron más allá de la Grecia continental, a las islas y costas de Jonia en Asia Menor, a la Magna Grecia (Sicilia y el sur de Italia), y a colonias griegas dispersas en el Mediterráneo occidental, como Massalia (Marsella). Las primeras religiones italianas, como la etrusca, se vieron influidas por la religión griega y, posteriormente, influyeron en gran parte de la antigua religión romana.
Personificación griega
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El helenismo (Ἑλληνισμός)[a] en un contexto religioso se refiere a la religión pluralista moderna practicada en Grecia y en todo el mundo por varias comunidades, derivada de las creencias, mitología y rituales desde la antigüedad hasta hoy. Se trata de un sistema de pensamiento y espiritualidad con una cultura y unos valores compartidos, y una tradición ritual, lingüística y literaria común. En términos más generales, el helenismo se centra en el culto a las divinidades helénicas, concretamente a los doce olímpicos[1].
Los griegos que identifican su religión y su forma de vida con el helenismo se denominan comúnmente Εθνικοί Έλληνες (helenos étnicos). Los devotos no griegos de los dioses griegos que encarnan los ideales helénicos se denominan comúnmente helenistas. De forma más general, alguien que adora a los dioses griegos pero que no se adhiere necesariamente a los ideales, el ethos o el ritual helénicos puede denominarse politeísta “helénico” o pagano. Para algunos helenos, pagano y paganismo son términos insultantes para referirse a los helenos étnicos y a la religión étnica helénica respectivamente, mientras que otros adoptan el término pagano[2].
La religión en la antigua Grecia
Egeo, a la derecha, consulta a la Pitia u oráculo de Delfos. Vaso, 440-430 a.C. Se le dijo: “No aflojes la boca abultada del odre hasta que hayas llegado a la altura de Atenas, no sea que mueras de pena”, lo que al principio no entendió.
La religión griega antigua abarca el conjunto de creencias, rituales y mitología originados en la antigua Grecia, tanto en forma de religión pública popular como de prácticas de culto. Se ha cuestionado la aplicación del concepto moderno de “religión” a las culturas antiguas por considerarlo anacrónico[1] Los antiguos griegos no tenían una palabra para designar la “religión” en el sentido moderno. Asimismo, ningún escritor griego que conozcamos clasifica a los dioses o las prácticas de culto en “religiones” separadas[2], sino que, por ejemplo, Heródoto habla de que los helenos tenían “santuarios comunes de los dioses y sacrificios, y los mismos tipos de costumbres”[3].
Las prácticas religiosas de los griegos se extendieron más allá de la Grecia continental, a las islas y costas de Jonia en Asia Menor, a la Magna Grecia (Sicilia y el sur de Italia), y a colonias griegas dispersas en el Mediterráneo occidental, como Massalia (Marsella). Las primeras religiones italianas, como la etrusca, se vieron influidas por la religión griega y, posteriormente, influyeron en gran parte de la antigua religión romana.
Prometeo mitología griega
Este artículo explora el alcance y los límites del modelo de “religión de la polis” como uno de los conceptos interpretativos más potentes en la erudición actual en la materia. Examina la noción de “arraigo” de la religión griega antigua en la polis, así como la unidad y diversidad de las creencias y prácticas religiosas griegas, y analiza hasta qué punto el modelo es capaz de captar la evolución más allá del periodo clásico. El artículo examina los fenómenos religiosos y las formas de organización religiosa por encima y por debajo del nivel de la polis. Sostengo que los puntos fuertes del modelo residen en su capacidad para explicar un importante principio estructurador de la religión griega antigua. Los puntos débiles del modelo se deben a que se centra demasiado en la polis como el principal discurso de poder relevante para el estudio de la religión griega antigua.
1 En la erudición actual, sobre todo en el mundo angloamericano y francófono, la “religión de la polis” se ha convertido en un poderoso modelo interpretativo para el estudio de la religión griega.1 El modelo está ahora lo suficientemente bien establecido como para que necesitemos explorar sus implicaciones, así como las alternativas que lo complementan o lo superan. Sin embargo, sorprendentemente, y en contraste con los estudios sobre la religión romana, las implicaciones del modelo rara vez se discuten en el estudio de la religión griega antigua. No existe ningún relato que responda de forma directa y exhaustiva a los dos artículos metodológicos de Sourvinou-Inwood sobre la religión de las polis, la formulación conceptual más explícita del modelo2.