¿Cuáles son los principales problemas económicos de América Latina?

Asuntos sociales de América Latina

En 2016, la población de América Latina es de 633 millones de personas[5] y el producto interior bruto total de América Latina en 2015 fue de 5,3 billones de dólares. Las principales exportaciones de América Latina son productos agrícolas y recursos naturales como el cobre, el hierro y el petróleo. En 2016, la economía latinoamericana se contrajo un 0,8% después de un 2015 estancado[6]. Morgan Stanley sugiere que esta caída de la actividad económica es una combinación de los bajos precios de las materias primas, la fuga de capitales y la volatilidad de los mercados de divisas locales[7]. El Fondo Monetario Internacional sugiere que las condiciones externas que influyen en América Latina han empeorado en el período comprendido entre 2010 y 2016, pero mostrarán crecimiento en 2017[8].

Históricamente, América Latina se ha basado en las exportaciones, siendo la plata y el azúcar los motores de la economía colonial. La región sigue siendo una importante fuente de materias primas y minerales[9] Con el tiempo, los países latinoamericanos se han centrado en los esfuerzos para integrar sus productos en los mercados globales[9] La economía de América Latina se compone de dos sectores económicos principales: la agricultura y la minería. América Latina tiene grandes extensiones de tierra que son ricas en minerales y otras materias primas[9]. Además, los climas tropicales y templados de América Latina la hacen ideal para cultivar una variedad de productos agrícolas[9].

Temas sociales en América Latina 2020

Tras un dramático colapso económico en 2020, el crecimiento de la región repuntó hasta un estimado 6,8%, impulsado por el sólido crecimiento de los socios comerciales, el aumento de los precios de las materias primas y las favorables condiciones de financiación externa. En el frente interno, los avances en materia de vacunación, el continuo apoyo fiscal en algunos países (por ejemplo, Chile y Colombia) y los ahorros acumulados de 2020 también apoyaron el crecimiento.

Es inevitable que se produzca una desaceleración a medida que las economías vuelven a sus niveles de PIB anteriores a la pandemia. Pero la rebaja refleja otros retos, como la ralentización del crecimiento en China y Estados Unidos, las continuas interrupciones del suministro, el endurecimiento de las condiciones monetarias y de financiación y la aparición de la variante Omicron.

El año pasado estuvo marcado por el aumento de la inflación. En algunas de las mayores economías de la región (Brasil, Chile, Colombia, México y Perú), los precios aumentaron un 8,3% en 2021, el mayor salto en 15 años y más alto que en otros mercados emergentes.

Este rápido incremento refleja en parte el aumento de los precios de los alimentos y la energía. La inflación subyacente, que excluye los precios de los alimentos y la energía, aumentó menos (6,3%), pero aún así superó las tendencias anteriores a la pandemia y superó la inflación de los precios subyacentes en otros mercados emergentes (5,3% en promedio).

La falta de crecimiento económico en América Latina

América Latina, al igual que gran parte del mundo en desarrollo, tendrá que enfrentarse a graves retos en el presente siglo. Los cambios medioambientales, la persistente desigualdad y el aumento de la violencia obligan a millones de personas de toda la región a vivir en un constante estado de incertidumbre. ¿Estarán los países latinoamericanos a la altura de la tarea de mejorar por fin la vida de sus habitantes?

¿Cuáles son los grandes retos del siglo XXI para el mundo y específicamente para América Latina? De todas las cosas que van mal, ¿qué es lo que más debe preocuparnos? En este ensayo, comenzamos describiendo los que consideramos son los desafíos globales más críticos, y luego analizamos cómo se desarrollarán en la región que estamos estudiando, América Latina.

El descalabro más evidente al que nos enfrentamos es el del medio ambiente. Debido al cambio climático global, al agotamiento de los recursos y a la destrucción general del medio ambiente, las reglas que han regido nuestro planeta, y que han sido la base subyacente de nuestra sociedad, están cambiando más rápido de lo que podemos apreciar, con consecuencias que no podemos imaginar. Los resultados podrían ser tan dramáticos como ciudades inundadas o tan triviales como el aumento de las turbulencias en los vuelos transoceánicos. Zonas muy pobladas del mundo se volverán posiblemente inhabitables y los recursos de los que depende la modernidad se volverán más escasos y caros. El conflicto puede ser cada vez más alimentado por la escasez, y nuestra capacidad de cooperar a nivel mundial limitada por un impulso de encontrar consuelo dentro de la tribu más pequeña. A medida que alcanzamos varios puntos de inflexión, la cuestión ya no es cómo detener el cambio climático, sino cómo adaptarse a las nuevas reglas y límites.

Temas de actualidad en América Latina 2020

El comercio mundial también se ha visto afectado por las tensiones entre EEUU y China y la creciente incertidumbre en Europa en torno al Brexit. El comercio mundial cayó en el segundo trimestre de 2019 y se espera que el crecimiento del comercio de aquí a final de año caiga muy por debajo del 3,9% observado en 2018.

A pesar de este complejo panorama regional, no hay que perder de vista los avances logrados por la región. En los últimos años, algunos países latinoamericanos han avanzado en términos de estabilidad macroeconómica, niveles de ingreso per cápita, bienestar de sus habitantes, consolidación de las “clases medias” y fortalecimiento de las capacidades institucionales.

La conectividad de los latinoamericanos también ha mejorado. Entre 2014 y 2017, el acceso a la banda ancha móvil en la región aumentó de 50 a 70 abonados por cada 100 personas. Y los ciudadanos se acercan a sus gobiernos gracias a numerosas iniciativas de gobierno electrónico.

Uruguay es uno de los países que más ha avanzado. En general, la economía uruguaya tiene bases sólidas gracias a la diversificación de sus mercados, productos y servicios, y a una sólida política macroeconómica, una amplia liquidez y una gestión fiscal prudente, lo que se traduce en una mayor resistencia a los choques externos. Uruguay ha logrado mantener un crecimiento inclusivo a pesar de un contexto regional e internacional complicado. Además, actualmente no sólo es el país con la mayor renta per cápita de América Latina, sino que también es el menos desigual.

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