Ventajas y desventajas de las empresas conjuntas
Entrar en una empresa conjunta es una decisión importante. Esta guía ofrece una visión general de las principales formas de crear una empresa conjunta, las ventajas y desventajas de hacerlo, cómo evaluar si está preparado para comprometerse y qué buscar en un socio de la empresa conjunta.
Una opción es acordar la cooperación con otra empresa de forma limitada y específica. Por ejemplo, una pequeña empresa con un nuevo e interesante producto puede querer venderlo a través de la red de distribución de una empresa mayor. Los dos socios podrían acordar un contrato en el que se establecieran las condiciones de funcionamiento.
Otra opción es crear una empresa conjunta independiente, posiblemente una nueva compañía, para gestionar un contrato concreto. Una empresa conjunta de este tipo puede ser una opción muy flexible. Cada uno de los socios posee acciones de la empresa y acuerda cómo debe gestionarse.
Para ayudarle a decidir qué forma de empresa conjunta es la mejor para usted, debe considerar si quiere participar en su gestión. También debe pensar en lo que puede ocurrir si la empresa va mal y en el riesgo que está dispuesto a aceptar.
Ventajas de las empresas conjuntas
Una empresa conjunta es una combinación de dos o más partes que buscan el desarrollo de una sola empresa o proyecto con fines de lucro, compartiendo los riesgos asociados a su desarrollo. Las partes de la empresa conjunta deben ser al menos una combinación de dos personas físicas o entidades.
La creación de una empresa conjunta es una cuestión de hechos específica de cada caso. Aunque no existe una definición legal de empresa conjunta, los tribunales de varios estados, como Nueva York, han reconocido que los siguientes son los elementos de este tipo de asociación:
Las empresas conjuntas se utilizan ampliamente para entrar en mercados extranjeros. Las entidades extranjeras forman empresas conjuntas con entidades nacionales ya presentes en los mercados en los que las entidades extranjeras desean entrar. Por ejemplo, la entidad extranjera puede aportar nuevas tecnologías o prácticas comerciales a la empresa conjunta, mientras que la entidad nacional ya tiene relaciones comerciales y los documentos gubernamentales necesarios en el país, además de estar arraigada en la industria nacional.
La famosa empresa conjunta
Entrar en una empresa conjunta es una decisión importante. Esta guía ofrece una visión general de las principales formas de crear una empresa conjunta, las ventajas y desventajas de hacerlo, cómo evaluar si está preparado para comprometerse, qué buscar en un socio de la empresa conjunta y cómo hacer que funcione.
Una opción es acordar la cooperación con otra empresa de forma limitada y específica. Por ejemplo, una pequeña empresa con un nuevo e interesante producto puede querer venderlo a través de la red de distribución de una empresa mayor. Los dos socios podrían acordar un contrato en el que se establecieran las condiciones de funcionamiento.
Otra posibilidad es crear una empresa conjunta independiente, posiblemente una nueva compañía, para gestionar un contrato concreto. Una empresa conjunta de este tipo puede ser una opción muy flexible. Cada uno de los socios posee acciones de la empresa y se pone de acuerdo sobre la forma de gestionarla.
Para ayudarte a decidir qué forma de empresa conjunta es la más adecuada para ti, debes considerar si quieres participar en su gestión. También debe pensar en lo que podría pasar si la empresa va mal y en el riesgo que está dispuesto a aceptar.
Ejemplo de empresa conjunta
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Una empresa conjunta (JV) es una entidad comercial creada por dos o más partes, generalmente caracterizada por la propiedad compartida, los rendimientos y riesgos compartidos, y la gobernanza compartida. Las empresas suelen crear empresas conjuntas por una de estas cuatro razones: para acceder a un nuevo mercado, en particular a los mercados emergentes; para obtener una mayor eficiencia mediante la combinación de activos y operaciones; para compartir el riesgo de grandes inversiones o proyectos; o para acceder a las habilidades y capacidades[1] El trabajo de Reuer y Leiblein puso en duda la afirmación de que las empresas conjuntas minimizan el riesgo de pérdidas[2].
Según Gerard Baynham, de Water Street Partners, ha habido mucha prensa negativa sobre las empresas conjuntas, pero los datos objetivos indican que en realidad pueden superar a las filiales de propiedad y control total. Escribe: “De nuestro reciente análisis de los datos del Departamento de Comercio de EE.UU. (DOC), recogidos de más de 20.000 entidades, se desprende un relato diferente. Según los datos del DOC, las empresas conjuntas extranjeras de empresas estadounidenses obtuvieron un rendimiento medio de los activos (ROA) del 5,5%, mientras que las filiales de propiedad y control total de esas empresas (la gran mayoría de las cuales son de propiedad total) obtuvieron un ROA ligeramente inferior, del 5,2%. Lo mismo ocurre con las inversiones de empresas extranjeras en Estados Unidos, pero la diferencia es más pronunciada. Las empresas conjuntas con sede en EE.UU. obtuvieron un ROA medio del 2,2%, mientras que las filiales de propiedad y control total en EE.UU. sólo obtuvieron un ROA del 0,7%”[3].