Causas de la fibrilación auricular
La fibrilación auricular es uno de los tipos más comunes de arritmias, que son ritmos cardíacos irregulares. La fibrilación auricular hace que el corazón lata mucho más rápido de lo normal. Además, las cavidades superiores e inferiores del corazón no funcionan juntas como deberían. Cuando esto ocurre, las cavidades inferiores no se llenan completamente ni bombean suficiente sangre a los pulmones y al cuerpo. Esto puede hacer que se sienta cansado o mareado, o que note palpitaciones o dolor en el pecho. La sangre también se acumula en el corazón, lo que aumenta el riesgo de formación de coágulos y puede provocar accidentes cerebrovasculares u otras complicaciones. La fibrilación auricular también puede producirse sin ningún signo o síntoma. La fibrilación no tratada puede provocar complicaciones graves e incluso mortales.
A veces la fibrilación auricular desaparece por sí sola. Para algunas personas, la fibrilación auricular es un problema cardíaco continuo que dura años. Con el tiempo, puede ocurrir con más frecuencia y durar más tiempo. El tratamiento restablece el ritmo cardíaco normal, ayuda a controlar los síntomas y previene las complicaciones. El médico puede recomendar medicamentos, procedimientos médicos y cambios en el estilo de vida para tratar la fibrilación auricular.
¿Se puede curar la fibrilación auricular?
Puede medir su frecuencia cardíaca palpando el pulso en la muñeca o en el cuello. Una frecuencia cardíaca normal, en reposo, debe estar entre 60 y 100 latidos por minuto. En la fibrilación auricular, puede superar los 140 latidos por minuto.
Cuando el corazón late con normalidad, sus paredes musculares se contraen (se tensan y aprietan) para forzar la salida de la sangre y su desplazamiento por el cuerpo. A continuación, se relajan para que el corazón pueda volver a llenarse de sangre. Este proceso se repite cada vez que el corazón late.
Estos impulsos anulan el marcapasos natural del corazón, que ya no puede controlar su ritmo. Las aurículas se contraen aleatoriamente y a veces tan rápido que el músculo cardíaco no puede relajarse adecuadamente entre las contracciones. Esto reduce la eficacia y el rendimiento del corazón y provoca una frecuencia de pulso muy irregular.
La causa de la fibrilación auricular no se conoce del todo, pero tiende a producirse en ciertos grupos de personas y puede desencadenarse por determinadas situaciones, como el consumo excesivo de alcohol o el tabaquismo.
Esto se debe a que cuando las aurículas del corazón no se contraen correctamente existe el riesgo de que se formen coágulos de sangre. Los coágulos de las aurículas pueden desprenderse e ir a otras partes del cuerpo. Un coágulo que suba a las arterias que irrigan el cerebro puede provocar un accidente cerebrovascular.
Aleteo auricular
El estrés puede contribuir a los trastornos del ritmo cardíaco (arritmias), como la fibrilación auricular. Algunos estudios sugieren que el estrés y los problemas de salud mental pueden hacer que los síntomas de la fibrilación auricular empeoren. Los niveles elevados de estrés también pueden estar relacionados con otros problemas de salud. Afrontar el estrés es importante para su salud.
Si tiene síntomas de depresión o ansiedad -como sentimientos persistentes de tristeza o preocupación, dificultad para concentrarse y pérdida de interés en la mayoría de las actividades- hable con su médico. Éste puede recomendarle que acuda a un especialista en salud mental (psicólogo o psiquiatra) para que le diagnostique y le trate.
Pautas para la fibrilación auricular
Cuando una persona tiene fibrilación auricular, los latidos normales de las cámaras superiores del corazón (las dos aurículas) son irregulares y la sangre no fluye tan bien como debería desde las aurículas a las cámaras inferiores del corazón (los dos ventrículos). La fibrilación auricular puede producirse en episodios breves o ser una afección permanente.
La fibrilación auricular aumenta el riesgo de sufrir un ictus. Cuando se tienen en cuenta los factores de riesgo de ictus estándar, la fibrilación auricular se asocia a un riesgo aproximadamente cinco veces mayor de sufrir un ictus isquémico.6 La fibrilación auricular provoca aproximadamente 1 de cada 7 ictus.7
Los ictus provocados por complicaciones de la fibrilación auricular suelen ser más graves que los provocados por otras causas subyacentes. Los ictus se producen cuando el flujo sanguíneo hacia el cerebro queda bloqueado por un coágulo de sangre o por unos depósitos de grasa llamados placa en el revestimiento de los vasos sanguíneos.
Cada año se producen en Estados Unidos más de 454.000 hospitalizaciones con fibrilación auricular como diagnóstico primario.4 Esta enfermedad provoca unas 158.000 muertes al año.3 La tasa de mortalidad por fibrilación auricular como causa principal o coadyuvante de la muerte ha aumentado durante más de dos décadas.7