Arte callejero ciudades barcelona
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El arte callejero es una forma de obra de arte que se exhibe en público en los edificios circundantes, en las calles, en los trenes y en otras superficies vistas por el público. En muchos casos se trata de arte de guerrilla, que pretende hacer una declaración personal sobre la sociedad en la que vive el artista. El trabajo ha pasado de los inicios del grafiti y el vandalismo a nuevas modalidades en las que los artistas trabajan para transmitir mensajes, o simplemente belleza, a un público[4].
Algunos artistas pueden utilizar el “vandalismo inteligente” como forma de concienciar sobre cuestiones sociales y políticas,[5] mientras que otros artistas utilizan el espacio urbano como una oportunidad para exponer obras de arte personales. Los artistas también pueden apreciar los retos y riesgos que conlleva la instalación de obras de arte ilícitas en lugares públicos. Un motivo común es que la creación de arte en un formato que utiliza el espacio público permite a los artistas, que de otro modo se sentirían privados de sus derechos, llegar a un público mucho más amplio que el que permitirían otros estilos o galerías.
Recorrido por el arte callejero
Mannheim es una ciudad que sigue el ritmo de los tiempos: de mentalidad liberal, creativa y tan innovadora que lleva el arte a sus calles. La iniciativa Stadt.Wand.Kunst (Ciudad.Arte.Mural) añade aún más variedad y color a la ya vibrante ciudad de Mannheim y embellece el espacio público en los lugares más insólitos. Actualmente se exponen 30 murales, entre ellos el más grande de Alemania.
Todo empezó en 2013, cuando el dúo de artistas de renombre mundial Herakut buscaba una pared para su proyecto Giant Storybook, en el que se pintaban páginas individuales de un libro ilustrado en paredes enteras de una casa. El local Alte Feuerwache ya había puesto en marcha varios proyectos de grafiti en colaboración con el fabricante de pintura en spray Montana Cans. Estuvieron encantados de apoyar a Herakut y de encontrar un lugar adecuado junto con la Asociación de Viviendas de Mannheim.En el verano de 2013, se creó el primer mural llamado “Mi poder de superhéroe es el perdón” en la plaza F6, 1-5. Con sus expresivas líneas y un breve texto, el mural de Herakut cuenta de forma cariñosa e inspiradora una historia de limitaciones colectivas, divisiones sociales, fuerza y perdón.
Ciudades de arte callejero en París
Por un lado, pudimos observar cómo los festivales de graffiti, las ferias de arte contemporáneo y otros eventos relacionados cuentan con la experiencia y profesionalidad que aportan tanto los creadores emergentes como los de larga trayectoria. Por otro lado, los muros situados en edificios/áreas públicas como bibliotecas, centros deportivos y parques cuentan con proyectos colaborativos liderados por la comunidad de artistas.
Los creadores utilizan habitualmente botes de spray y pintura húmeda para decorar las superficies, pero también es habitual ver cómo los artistas utilizan otros materiales/herramientas en sus actuaciones. Además, los grafiteros profesionales utilizan ascensores eléctricos y carretillas elevadoras para acceder a estructuras bastante altas.
Teniendo en cuenta que el arte urbano ha aumentado su popularidad en la calle, hemos podido observar cómo la gente lo disfruta de muchas maneras diferentes. Por ejemplo, los viajeros alternativos pueden encontrar ahora recorridos y visitas guiadas en las capitales más grandes y turísticas. Sin embargo, no es el único ejemplo que mostraremos hoy.
Las pinturas artísticas desarrolladas por los jóvenes también pueden presentar ideas sociales y políticas. Además, son tanto los órganos de gobierno como las Organizaciones No Gubernamentales (ONG), a través de particulares, quienes se interesan por hablar de los problemas que existen en la sociedad. En la misma línea, ¿qué hace la gente para luchar contra la injusticia? ¿Hay algún mural en su ciudad que recuerde sobre este tema?
Festival del grafiti 2021
Graffiti y arte callejero 29 de julio de 2014 Bojan Maric Cualquier tipo de historia es un discurso en sí mismo. Es más, cuando se habla de la historia del arte, los discursos parecen florecer inmensamente de uno en otro, y así en muchos más. En el contexto de los inicios, uno no puede dejar de reflexionar en primer lugar sobre la obra de arte del grafiti. Más adelante, a finales del siglo XX y principios del XXI, el arte callejero ha evolucionado hasta convertirse en complejas formas interdisciplinarias de expresión artística. Desde los grafitis, las plantillas, los grabados y los murales, pasando por las pinturas a gran escala y los proyectos de colaboración artística, hasta las instalaciones callejeras, así como el arte performativo y el videoarte, se puede afirmar con toda seguridad que el arte callejero se ha abierto paso en el núcleo del arte contemporáneo. Y con razón.
Algunas de las primeras expresiones del arte callejero fueron, sin duda, los grafitis que empezaron a aparecer en los laterales de los vagones de tren y en las paredes. Fue obra de las bandas de los años 20 y 30 de Nueva York. El impacto de esta cultura subversiva se dejó sentir extraordinariamente en las décadas de 1970 y 1980. Este movimiento cultural quedó recogido en el libro The History of American Graffiti, de Roger Gastman y Caleb Neelon. Estas décadas supusieron un importante punto de inflexión en la historia del arte callejero: fue una época en la que los jóvenes, respondiendo a su entorno sociopolítico, empezaron a crear un movimiento, tomando la “batalla por el significado” en sus propias manos.